Fact Check: Vivimos en Idiocracia todos los días.

Fact Check: Vivimos en Idiocracia todos los días.

Published March 11, 2025Updated June 18, 2025
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VERDICT
Needs Research

# Fact Check: Vivimos en Idiocracia todos los días ## What We Know The claim "Vivimos en Idiocracia todos los días," which translates to "We live in ...

Fact Check: Vivimos en Idiocracia todos los días

What We Know

The claim "Vivimos en Idiocracia todos los días," which translates to "We live in Idiocracy every day," suggests that contemporary society exhibits characteristics reminiscent of the dystopian world portrayed in the 2006 film "Idiocracy." This film satirizes the idea that society is becoming increasingly unintelligent due to the prioritization of entertainment and consumerism over education and critical thinking. In the film, the average IQ has drastically declined, leading to absurd societal norms (Fact Check).

Current Societal Trends

Various studies indicate concerns about declining educational standards, misinformation, and the impact of social media on public discourse. For instance, the Pew Research Center has reported on the prevalence of misinformation online and its effects on public understanding of critical issues (Pew Research Center, 2020). Additionally, reports from the National Assessment of Educational Progress (NAEP) indicate stagnation or decline in certain educational metrics, particularly in subjects like math and reading among U.S. students (NAEP, 2022).

Cultural Commentary

Many commentators and scholars have drawn parallels between the themes of "Idiocracy" and modern society, suggesting that the emphasis on entertainment and sensationalism in media may contribute to a decline in critical thinking and civic engagement. Authors like Neil Postman and Nicholas Carr have explored these themes, arguing that the shift towards entertainment-focused content detracts from serious discourse (Postman, 1985; Carr, 2010).

Analysis

The claim that we live in "Idiocracy" reflects a sentiment shared by some observers who believe that societal trends indicate a decline in intelligence and critical thinking. However, this assertion is complex and requires careful evaluation:

Educational Metrics

While there are valid concerns about educational outcomes, it's essential to recognize that educational systems are multifaceted. Factors such as socioeconomic status, access to resources, and educational policy play significant roles in shaping student performance (NAEP, 2022). Thus, attributing a decline in intelligence solely to societal neglect may oversimplify the issue.

Misinformation and Media Influence

The rise of social media has indeed contributed to the spread of misinformation, which can lead to a less informed public. However, this phenomenon is not solely indicative of a decline in intelligence; it also reflects changes in how information is consumed and shared (Pew Research Center, 2020). The dynamics of information dissemination have transformed, complicating the narrative of a universally declining intelligence.

Cultural Shifts

The cultural landscape has shifted towards more entertainment-focused content, which some argue detracts from serious discourse. Yet, this does not necessarily equate to a decline in intelligence but rather a transformation in how society engages with information. The consumption of media has evolved, and while it may prioritize entertainment, it also offers diverse avenues for engagement and learning (Postman, 1985; Carr, 2010).

Conclusion

In conclusion, while there are elements of truth in the claim that we live in a society reminiscent of "Idiocracy," the situation is more nuanced than a straightforward assertion of declining intelligence. The evidence suggests that while there are concerning trends in education and the spread of misinformation, these issues are complex and influenced by various factors. Therefore, the verdict remains "Needs Research," as further investigation into educational policies, media consumption patterns, and societal values is necessary to draw more definitive conclusions. Additional information, such as longitudinal studies on educational outcomes and comprehensive analyses of media influence on public discourse, would be beneficial in evaluating this claim more thoroughly.

Sources

  1. Fact Check: Vivimos en Idiocracia todos los días.
  2. ¿NOS ESTAMOS VOLVIENDO MÁS 3STÚP1D0S? | La ...
  3. La Hipótesis de la Idiocracia: ¿somos cada vez menos ...
  4. ¿VIVIMOS EN UNA IDIOCRACIA? | ft. @GordosCine
  5. Idiocracy ¿Darwinismo Social? Charla
  6. De simples, ignorantes y estúpidos

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Eso tuvo algún impacto, aunque no creo que sea la explicación principal para los números de pobreza. Si vemos los ingresos de los hogares que viven cerca de la línea de la pobreza, los que son menos pobres entre los pobres y los que son más pobres entre los no pobres, siguen teniendo principalmente ingresos laborales”, dijo Tornarolli. En cuanto a los datos oficiales de pobreza, el Indec informó en septiembre que en el primer semestre, la cantidad de personas pobres, si se proyectan los datos oficiales a todos el país, fue casi 25 millones, mientras que la indigencia alcanzó a 8,5 millones personas.

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En ese contexto, donde sigue bajando la inflación, siguen subiendo los salarios reales y las jubilaciones, donde a la gente le va muchísimo mejor, estamos en niveles de popularidad récord y tenemos intención de votos del orden del entre el 45% y el 50%“, dijo el mandatario, en una entrevista con A24. El econometrista González Rozada utiliza los microdatos de la encuesta permanente de hogares (EPH) que publica el Indec para anticipar el dato semestral de pobreza. Según sus estimaciones, la tasa de pobreza habría bajado de 41,8% del segundo semestre de 2023 a 36,8% en el mismo período del año pasado, mientras que la indigencia habría bajado de 12,2% a 9,2%. De esta forma, en su primer año de gobierno, Milei habría reducido la tasa de pobreza, pese al ajuste fiscal de casi cinco puntos del producto que realizó. El pico de la medición de pobreza fue en el primer trimestre, con una tasa de 54,8%, que habría bajado a 34,8% en el último trimestre del año. La baja tan pronunciada se explica directamente por la fuerte caída de la tasa de inflación, que pasó de 211,4% a finales de 2023 a 117,8%, el año pasado. Esto, a su vez, permitió que mejorara el poder adquisitivo vinculado a la compra de los productos que integran la canasta básica total (CBT), que mide la pobreza y que en 2024 aumentó 106,6%, y la canasta básica alimentaria (CBA), que mide la indigencia y subió 86,7% anual. “La tasa de pobreza se reduce porque a partir del semestre febrero-julio, los ingresos de los hogares empezaron a crecer más que los precios de la canasta básica total, que mide la pobreza. Este crecimiento de los ingresos se da en parte por la caída de la tasa de inflación”, dijo González Rozada, a LA NACION. El economista estima que mientras que la inflación siga bajando, seguirá cayendo la pobreza. “La evolución de la inflación esperada por el consenso del mercado es de 2,3% para enero y estimo que la CBT esté por debajo de ese valor en aumentos porcentuales similares a los que hubo en noviembre [1,5%] y diciembre [2,3%]. Por lo tanto, esperaría que la pobreza siga bajando, tal vez no al ritmo que ha bajado entre el primer y segundo semestre de año pasado, pero que se mantenga o siga bajando un poquito”, dijo González Rozada. Las estimaciones coinciden con las realizadas por el economista Leopoldo Tornarolli, investigador senior del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas), que depende de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). “La inflación es el fenómeno que explica en los últimos años la evolución de la pobreza monetaria, que es como se llama la medición de la pobreza argentina, que es por ingresos. Este método es muy sensible a la variación de la inflación. 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Fact Check: ISLAMISMO E WOKEISMO Há mais de três décadas, Samuel Huntington cometeu a imperdoável heresia de afirmar o óbvio: que o conflito entre a civilização ocidental e o Islão não era uma invenção moderna, mas uma realidade com mais de treze séculos de existência. Pior ainda: teve o desplante de sugerir que o conflito se agravaria. Infelizmente para os arautos da negação permanente, os factos alinharam-se com o diagnóstico. Desde a sua génese, o Islão não se limitou a pregar. Impôs-se. Expandiu-se à força de espada, não de tratados. Onde chegou, não fez coexistência: fez conversão, submissão ou erradicação. Muitos povos, culturas, religiões desapareceram. O Islão avançou durante um milénio, enquanto o Cristianismo recuava. As cruzadas, tão convenientemente demonizadas nos manuais escolares, não foram agressão, mas reacção. A própria identidade europeia só se consolidou em contraponto à agressividade islâmica. A Europa acordou verdadeiramente com o cerco de Viena, em 1683. Foi aí, e só aí, que o recuo do Islão começou. Daí até hoje, foram escassos três século e meio. Um sopro na história, em que o Ocidente se libertou, inventou, construiu, pensou, e avançou. E o mundo islâmico... estagnou. Não por falta de recursos, mas por ser portador de valores errados. Durante a era do marxismo clássico, o conflito islâmico foi dissimulado. A repressão soviética, paradoxalmente, congelou muitos focos de jihadismo. Mas bastou o colapso dessa ortodoxia totalitária para que emergisse o “islamismo”. Não como fé, mas como ideologia política de guerra cultural. Com um detalhe instrutivo: reciclando a velha fraseologia da esquerda. Surgiu a estranha aliança entre Marx e Maomé, agora, actualizada com as roupas carnavalescas do “wokismo” pós-moderno. O novo pacto doentio entre a jihad e os justiceiros sociais do Ocidente é real. Não há fronteiras entre a extrema-esquerda, o islamismo e a extrema-direita quando se trata de odiar o Ocidente. As manifestações em Berlim, Lisboa, Nova Iorque ou Paris a favor do Hamas, reúnem marxistas reciclados, neonazis recicláveis, jihadistas e idiotas úteis com diplomas em Estudos de Género. Entretanto, em praticamente todos os focos de conflito planetário há um denominador comum: o Islão como actor beligerante. Contra judeus no Médio Oriente. Contra hindus na Caxemira. Contra cristãos na Nigéria, Moçambique e Filipinas. Contra budistas na Birmânia. Contra ortodoxos nos Balcãs. Contra ateus na China. E, claro, contra outras seitas muçulmanas no Irão, Síria, Iraque, Paquistão ou Sudão. Um conflito com o mundo inteiro, mas cuja culpa, dizem-nos, é... do Ocidente. Os herdeiros do marxismo, agora de parafernália woke e pronome no crachá, continuam a recitar o mantra do "opressor versus oprimido", encaixando o Islão como eterno oprimido e o Ocidente como opressor. A existência de Israel, claro, é apresentada como a raiz de todos os males, uma fixação patológica que diz mais sobre quem a defende do que sobre a realidade. Bernard Lewis desmontou esta narrativa pueril ainda em 1990. Lembrou que os colonizadores saíram, os impérios acabaram, os recursos foram devolvidos, os ditadores ocidentais depostos e, no entanto, o ressentimento aumentou. A razão é simples: o problema não é o que o Ocidente faz, é o que o Ocidente é. A liberdade, a igualdade entre sexos, a laicidade, a democracia liberal, tudo isso é, para o islamismo, uma ofensa existencial. E eles dizem-no com clareza. Ayman al-Zawahiri, sucessor de Bin Laden, explicou sem rodeios: “A nossa guerra com Israel não é sobre fronteiras, é uma jihad pela religião de Alá, até que esta domine.” Mas não é só Israel. O Ocidente inteiro é Dar al-Harb, o território de guerra. Hoje, a jihad não se faz apenas em Gaza ou no Líbano. Faz-se nos bairros de Paris, nas escolas de Londres, nas universidades de Estocolmo. Faz-se com ataques, com exigências, com insultos, com assassinatos e com silêncios. Imediatamente após o massacre terrorista de 7 de Outubro, o que fez a nova esquerda? Saiu em defesa das vítimas? Não! Organizou manifestações pró-Hamas nas capitais europeias e americanas, com slogans como “Glória aos mártires”. As mesmas vozes que censuram microagressões e pronúncias impróprias, acharam aceitável glorificar actos de barbárie medieval. Em Nova Iorque, Londres, Paris e Berlim, manifestações promovidas por grupos progressistas e universitários colaram-se aos slogans islamistas com total naturalidade. Bandeiras do Hamas e cartazes a pedir “intifada global” foram exibidos... ao lado de bandeiras LGBTQ+ e trans. Em Harvard, Columbia e Yale, mais de 30 grupos de estudantes declararam que Israel era o único culpado pelo massacre de 7 de Outubro. Em vez de protestarem contra o Hamas por assassinar civis, as manifestações universitárias acusaram... Israel de “apartheid”, “colonialismo” e, claro, de “genocídio”. Num dos momentos mais surreais de 2023, uma coligação de grupos LGBTQ+ da Universidade de Berkeley organizou uma vigília em homenagem aos palestinianos, mesmo sabendo que o Hamas executa homossexuais em público. Em 2024, o Conselho de Direitos Humanos da ONU condenou Israel por "uso desproporcional da força", mas não fez qualquer referência às atrocidades cometidas pelo Hamas. Os membros da Organização para a Cooperação Islâmica votaram em bloco, acompanhados por países ocidentais influenciados pela nova ortodoxia woke, como a Noruega e a Irlanda. Este é o resultado da fusão entre o relativismo moral pós-colonial e a militância islâmica. A equação é simples: O Ocidente é sempre o opressor. O "Outro" (mesmo que terrorista, misógino e homofóbico) é sempre o oprimido. A palavra mágica “islamofobia” tornou-se uma arma semântica para silenciar qualquer crítica ao islamismo, mesmo quando este se traduz em decapitações, perseguições religiosas ou apartheid sexual. No Reino Unido, um professor de Batley Grammar School foi forçado a viver escondido com escolta policial por ter mostrado uma caricatura de Maomé numa aula sobre liberdade de expressão. O governo e os media ajoelharam-se à turba islâmica que exigia a cabeça do blasfemo. Onde estavam os "progressistas"? A condenar... o professor. Políticos como George Galloway, trotskista reciclado e muçulmano honorário (eleito em Rochdale, 2024) fizeram campanha abertamente com base na causa palestiniana e nos votos da comunidade muçulmana, enquanto difamavam Israel e relativizavam o terrorismo. Em Birmingham e Londres, há conselheiros municipais que apoiaram declarações públicas contra “a ocupação sionista” enquanto defendem leis inspiradas na sharia dentro das suas comunidades. Em zonas de maioria muçulmana em França, Suécia, Bélgica e Reino Unido, há códigos de conduta paralelos onde as mulheres são pressionadas a cobrir-se, mesmo sendo europeias, e os homossexuais são aconselhados a "não provocar". A esquerda, alegada defensora das liberdades civis? Silenciada pela interseccionalidade e pelo medo de parecer “islamofóbica”. A aliança entre o islamismo político e a ideologia woke é mais do que uma incongruência: é uma bomba moral. De um lado, temos uma ideologia teocrática que despreza os valores liberais. Do outro, temos uma elite ocidental decadente, autofágica, envergonhada da sua civilização e disposta a sacrificar a liberdade em nome da inclusão. A esquerda woke não se aliou ao Islão por partilhar os seus valores. Aliou-se por odiar os nossos. O Ocidente acelera a sua própria desintegração, e a implosão vem de dentro. Os comediantes autocensuram-se. Os jornalistas olham para o lado. E os políticos ajoelham. Uma cortina de medo está a descer sobre o Ocidente. A mesma que desce sempre que a liberdade é sacrificada em nome do multiculturalismo descontrolado, da tolerância suicida ou da estupidez académica. Há quem ainda não tenha entendido o que está em jogo. Mas em 2001, um punhado de passageiros do voo 93 da United Airlines compreendeu. Em quarenta minutos, souberam distinguir o bem do mal. E agiram. Não morreram como cordeiros. Lutaram, e salvaram centenas de vidas.

Detailed fact-check analysis of: ISLAMISMO E WOKEISMO Há mais de três décadas, Samuel Huntington cometeu a imperdoável heresia de afirmar o óbvio: que o conflito entre a civilização ocidental e o Islão não era uma invenção moderna, mas uma realidade com mais de treze séculos de existência. Pior ainda: teve o desplante de sugerir que o conflito se agravaria. Infelizmente para os arautos da negação permanente, os factos alinharam-se com o diagnóstico. Desde a sua génese, o Islão não se limitou a pregar. Impôs-se. Expandiu-se à força de espada, não de tratados. Onde chegou, não fez coexistência: fez conversão, submissão ou erradicação. Muitos povos, culturas, religiões desapareceram. O Islão avançou durante um milénio, enquanto o Cristianismo recuava. As cruzadas, tão convenientemente demonizadas nos manuais escolares, não foram agressão, mas reacção. A própria identidade europeia só se consolidou em contraponto à agressividade islâmica. 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A existência de Israel, claro, é apresentada como a raiz de todos os males, uma fixação patológica que diz mais sobre quem a defende do que sobre a realidade. Bernard Lewis desmontou esta narrativa pueril ainda em 1990. Lembrou que os colonizadores saíram, os impérios acabaram, os recursos foram devolvidos, os ditadores ocidentais depostos e, no entanto, o ressentimento aumentou. A razão é simples: o problema não é o que o Ocidente faz, é o que o Ocidente é. A liberdade, a igualdade entre sexos, a laicidade, a democracia liberal, tudo isso é, para o islamismo, uma ofensa existencial. E eles dizem-no com clareza. Ayman al-Zawahiri, sucessor de Bin Laden, explicou sem rodeios: “A nossa guerra com Israel não é sobre fronteiras, é uma jihad pela religião de Alá, até que esta domine.” Mas não é só Israel. O Ocidente inteiro é Dar al-Harb, o território de guerra. Hoje, a jihad não se faz apenas em Gaza ou no Líbano. 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A palavra mágica “islamofobia” tornou-se uma arma semântica para silenciar qualquer crítica ao islamismo, mesmo quando este se traduz em decapitações, perseguições religiosas ou apartheid sexual. No Reino Unido, um professor de Batley Grammar School foi forçado a viver escondido com escolta policial por ter mostrado uma caricatura de Maomé numa aula sobre liberdade de expressão. O governo e os media ajoelharam-se à turba islâmica que exigia a cabeça do blasfemo. Onde estavam os "progressistas"? A condenar... o professor. Políticos como George Galloway, trotskista reciclado e muçulmano honorário (eleito em Rochdale, 2024) fizeram campanha abertamente com base na causa palestiniana e nos votos da comunidade muçulmana, enquanto difamavam Israel e relativizavam o terrorismo. Em Birmingham e Londres, há conselheiros municipais que apoiaram declarações públicas contra “a ocupação sionista” enquanto defendem leis inspiradas na sharia dentro das suas comunidades. Em zonas de maioria muçulmana em França, Suécia, Bélgica e Reino Unido, há códigos de conduta paralelos onde as mulheres são pressionadas a cobrir-se, mesmo sendo europeias, e os homossexuais são aconselhados a "não provocar". A esquerda, alegada defensora das liberdades civis? Silenciada pela interseccionalidade e pelo medo de parecer “islamofóbica”. A aliança entre o islamismo político e a ideologia woke é mais do que uma incongruência: é uma bomba moral. De um lado, temos uma ideologia teocrática que despreza os valores liberais. Do outro, temos uma elite ocidental decadente, autofágica, envergonhada da sua civilização e disposta a sacrificar a liberdade em nome da inclusão. A esquerda woke não se aliou ao Islão por partilhar os seus valores. Aliou-se por odiar os nossos. O Ocidente acelera a sua própria desintegração, e a implosão vem de dentro. Os comediantes autocensuram-se. Os jornalistas olham para o lado. E os políticos ajoelham. Uma cortina de medo está a descer sobre o Ocidente. A mesma que desce sempre que a liberdade é sacrificada em nome do multiculturalismo descontrolado, da tolerância suicida ou da estupidez académica. Há quem ainda não tenha entendido o que está em jogo. Mas em 2001, um punhado de passageiros do voo 93 da United Airlines compreendeu. Em quarenta minutos, souberam distinguir o bem do mal. E agiram. Não morreram como cordeiros. Lutaram, e salvaram centenas de vidas.

Aug 6, 2025
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Fact Check: MULTIPLE SOURCES CONFIRM THAT ICE IS NOW GOING FROM PARK TO PARK IN LOS ANGELES, ARRESTING CAREGIVERS... SOME WHO ARE LEGAL RESIDENTS, AND SEPARATING THEM FROM THE AMERICAN CHILDREN THEY'RE CARING FOR.
KIDS ARE BEING THROWN INTO THE BACK OF VAN UNTIL THEIR PARENTS ARE LOCATED.
False

Fact Check: MULTIPLE SOURCES CONFIRM THAT ICE IS NOW GOING FROM PARK TO PARK IN LOS ANGELES, ARRESTING CAREGIVERS... SOME WHO ARE LEGAL RESIDENTS, AND SEPARATING THEM FROM THE AMERICAN CHILDREN THEY'RE CARING FOR. KIDS ARE BEING THROWN INTO THE BACK OF VAN UNTIL THEIR PARENTS ARE LOCATED.

Detailed fact-check analysis of: MULTIPLE SOURCES CONFIRM THAT ICE IS NOW GOING FROM PARK TO PARK IN LOS ANGELES, ARRESTING CAREGIVERS... SOME WHO ARE LEGAL RESIDENTS, AND SEPARATING THEM FROM THE AMERICAN CHILDREN THEY'RE CARING FOR. KIDS ARE BEING THROWN INTO THE BACK OF VAN UNTIL THEIR PARENTS ARE LOCATED.

Jul 29, 2025
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