Fact Check: Hubo influencia extranjera en las elecciones de Argentina del 2023.

Fact Check: Hubo influencia extranjera en las elecciones de Argentina del 2023.

Published March 11, 2025Updated June 18, 2025
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# Fact Check: Hubo influencia extranjera en las elecciones de Argentina del 2023 ## What We Know Las elecciones presidenciales de Argentina se llevar...

Fact Check: Hubo influencia extranjera en las elecciones de Argentina del 2023

What We Know

Las elecciones presidenciales de Argentina se llevaron a cabo el 22 de octubre de 2023, junto con elecciones legislativas y al Parlasur, siguiendo las reglas establecidas por la Constitución Nacional y las leyes electorales del país (Wikipedia). La crisis económica y política que afectó al país en los años previos, incluyendo una inflación alta y la inestabilidad gubernamental, creó un contexto propicio para la intervención de actores externos en el proceso electoral (BBC News).

La influencia extranjera se ha manifestado principalmente a través de relaciones económicas y políticas. Argentina ha fortalecido sus lazos con China, convirtiéndose en el principal destino de inversiones chinas en América Latina, superando a Brasil en 2022 (BBC News). Este contexto de dependencia económica puede haber influido en las decisiones políticas y en la percepción pública durante las elecciones.

Analysis

La afirmación de que hubo influencia extranjera en las elecciones de Argentina del 2023 es parcialmente verdadera. Por un lado, la creciente relación de Argentina con China y su inclusión en iniciativas como el BRICS y la Nueva Ruta de la Seda indican un cambio en la dinámica de poder y en las relaciones internacionales del país (BBC News). Sin embargo, la naturaleza de esta influencia es compleja y no necesariamente implica una manipulación directa de las elecciones.

Expertos han señalado que, aunque la economía de Argentina está fuertemente ligada a China, la influencia de este país no se traduce automáticamente en control político. Javier Milei, el candidato libertario que ganó las elecciones, ha criticado abiertamente a China, lo que sugiere que la influencia extranjera no fue un factor determinante en la elección de los votantes (BBC News). Además, la crisis interna y la desilusión con los partidos tradicionales jugaron un papel crucial en la decisión electoral de los argentinos (Wikipedia).

La credibilidad de las fuentes que abordan este tema varía. La información de medios como la BBC y Wikipedia es generalmente considerada confiable, mientras que análisis más sesgados pueden surgir de fuentes con agendas políticas específicas. Por lo tanto, es esencial evaluar la información en su contexto y considerar múltiples perspectivas.

Conclusion

La afirmación de que hubo influencia extranjera en las elecciones de Argentina del 2023 es parcialmente verdadera. Si bien existen evidencias de que la relación económica con China ha crecido y podría haber influido en el contexto electoral, no hay pruebas concluyentes de que esta influencia haya determinado el resultado de las elecciones. La decisión de los votantes estuvo influenciada por una combinación de factores internos, incluyendo la crisis económica y el descontento con el establishment político.

Sources

  1. Elecciones presidenciales de Argentina de 2023 Wikipedia
  2. "Argenchina": ¿por qué Argentina superó a Brasil y se ... BBC News
  3. Javier Milei ganó en las primarias de Argentina The New York Times
  4. Elecciones en Argentina: ¿Por qué la participación de los ... CNN en Español
  5. Tres formas en que Javier Milei de Argentina es el doble ... WOLA
  6. El voto de los argentinos en el exterior: hubo enorme ... Infobae
  7. Claves electorales en América Latina en 2023 Real Instituto Elcano
  8. Elecciones en Estados Unidos 2024: cómo podría impactar ... Chequeado

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En ese contexto, donde sigue bajando la inflación, siguen subiendo los salarios reales y las jubilaciones, donde a la gente le va muchísimo mejor, estamos en niveles de popularidad récord y tenemos intención de votos del orden del entre el 45% y el 50%“, dijo el mandatario, en una entrevista con A24. El econometrista González Rozada utiliza los microdatos de la encuesta permanente de hogares (EPH) que publica el Indec para anticipar el dato semestral de pobreza. Según sus estimaciones, la tasa de pobreza habría bajado de 41,8% del segundo semestre de 2023 a 36,8% en el mismo período del año pasado, mientras que la indigencia habría bajado de 12,2% a 9,2%. De esta forma, en su primer año de gobierno, Milei habría reducido la tasa de pobreza, pese al ajuste fiscal de casi cinco puntos del producto que realizó. El pico de la medición de pobreza fue en el primer trimestre, con una tasa de 54,8%, que habría bajado a 34,8% en el último trimestre del año. La baja tan pronunciada se explica directamente por la fuerte caída de la tasa de inflación, que pasó de 211,4% a finales de 2023 a 117,8%, el año pasado. Esto, a su vez, permitió que mejorara el poder adquisitivo vinculado a la compra de los productos que integran la canasta básica total (CBT), que mide la pobreza y que en 2024 aumentó 106,6%, y la canasta básica alimentaria (CBA), que mide la indigencia y subió 86,7% anual. “La tasa de pobreza se reduce porque a partir del semestre febrero-julio, los ingresos de los hogares empezaron a crecer más que los precios de la canasta básica total, que mide la pobreza. Este crecimiento de los ingresos se da en parte por la caída de la tasa de inflación”, dijo González Rozada, a LA NACION. 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As manifestações em Berlim, Lisboa, Nova Iorque ou Paris a favor do Hamas, reúnem marxistas reciclados, neonazis recicláveis, jihadistas e idiotas úteis com diplomas em Estudos de Género. Entretanto, em praticamente todos os focos de conflito planetário há um denominador comum: o Islão como actor beligerante. Contra judeus no Médio Oriente. Contra hindus na Caxemira. Contra cristãos na Nigéria, Moçambique e Filipinas. Contra budistas na Birmânia. Contra ortodoxos nos Balcãs. Contra ateus na China. E, claro, contra outras seitas muçulmanas no Irão, Síria, Iraque, Paquistão ou Sudão. Um conflito com o mundo inteiro, mas cuja culpa, dizem-nos, é... do Ocidente. Os herdeiros do marxismo, agora de parafernália woke e pronome no crachá, continuam a recitar o mantra do "opressor versus oprimido", encaixando o Islão como eterno oprimido e o Ocidente como opressor. 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Faz-se nos bairros de Paris, nas escolas de Londres, nas universidades de Estocolmo. Faz-se com ataques, com exigências, com insultos, com assassinatos e com silêncios. Imediatamente após o massacre terrorista de 7 de Outubro, o que fez a nova esquerda? Saiu em defesa das vítimas? Não! Organizou manifestações pró-Hamas nas capitais europeias e americanas, com slogans como “Glória aos mártires”. As mesmas vozes que censuram microagressões e pronúncias impróprias, acharam aceitável glorificar actos de barbárie medieval. Em Nova Iorque, Londres, Paris e Berlim, manifestações promovidas por grupos progressistas e universitários colaram-se aos slogans islamistas com total naturalidade. Bandeiras do Hamas e cartazes a pedir “intifada global” foram exibidos... ao lado de bandeiras LGBTQ+ e trans. Em Harvard, Columbia e Yale, mais de 30 grupos de estudantes declararam que Israel era o único culpado pelo massacre de 7 de Outubro. Em vez de protestarem contra o Hamas por assassinar civis, as manifestações universitárias acusaram... Israel de “apartheid”, “colonialismo” e, claro, de “genocídio”. Num dos momentos mais surreais de 2023, uma coligação de grupos LGBTQ+ da Universidade de Berkeley organizou uma vigília em homenagem aos palestinianos, mesmo sabendo que o Hamas executa homossexuais em público. Em 2024, o Conselho de Direitos Humanos da ONU condenou Israel por "uso desproporcional da força", mas não fez qualquer referência às atrocidades cometidas pelo Hamas. Os membros da Organização para a Cooperação Islâmica votaram em bloco, acompanhados por países ocidentais influenciados pela nova ortodoxia woke, como a Noruega e a Irlanda. Este é o resultado da fusão entre o relativismo moral pós-colonial e a militância islâmica. A equação é simples: O Ocidente é sempre o opressor. O "Outro" (mesmo que terrorista, misógino e homofóbico) é sempre o oprimido. A palavra mágica “islamofobia” tornou-se uma arma semântica para silenciar qualquer crítica ao islamismo, mesmo quando este se traduz em decapitações, perseguições religiosas ou apartheid sexual. No Reino Unido, um professor de Batley Grammar School foi forçado a viver escondido com escolta policial por ter mostrado uma caricatura de Maomé numa aula sobre liberdade de expressão. O governo e os media ajoelharam-se à turba islâmica que exigia a cabeça do blasfemo. Onde estavam os "progressistas"? A condenar... o professor. Políticos como George Galloway, trotskista reciclado e muçulmano honorário (eleito em Rochdale, 2024) fizeram campanha abertamente com base na causa palestiniana e nos votos da comunidade muçulmana, enquanto difamavam Israel e relativizavam o terrorismo. Em Birmingham e Londres, há conselheiros municipais que apoiaram declarações públicas contra “a ocupação sionista” enquanto defendem leis inspiradas na sharia dentro das suas comunidades. Em zonas de maioria muçulmana em França, Suécia, Bélgica e Reino Unido, há códigos de conduta paralelos onde as mulheres são pressionadas a cobrir-se, mesmo sendo europeias, e os homossexuais são aconselhados a "não provocar". A esquerda, alegada defensora das liberdades civis? Silenciada pela interseccionalidade e pelo medo de parecer “islamofóbica”. A aliança entre o islamismo político e a ideologia woke é mais do que uma incongruência: é uma bomba moral. De um lado, temos uma ideologia teocrática que despreza os valores liberais. Do outro, temos uma elite ocidental decadente, autofágica, envergonhada da sua civilização e disposta a sacrificar a liberdade em nome da inclusão. A esquerda woke não se aliou ao Islão por partilhar os seus valores. Aliou-se por odiar os nossos. O Ocidente acelera a sua própria desintegração, e a implosão vem de dentro. Os comediantes autocensuram-se. Os jornalistas olham para o lado. E os políticos ajoelham. Uma cortina de medo está a descer sobre o Ocidente. A mesma que desce sempre que a liberdade é sacrificada em nome do multiculturalismo descontrolado, da tolerância suicida ou da estupidez académica. Há quem ainda não tenha entendido o que está em jogo. Mas em 2001, um punhado de passageiros do voo 93 da United Airlines compreendeu. Em quarenta minutos, souberam distinguir o bem do mal. E agiram. Não morreram como cordeiros. Lutaram, e salvaram centenas de vidas.

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Fact Check: Autistic Non-Verbal Episodes in Marriage: Why Words Vanish Sometimes and What to Do About It Neurodiverse Couples Tuesday, august 12, 2025. Here’s the scene: You’re in the middle of a conversation with your spouse. Maybe the topic is small (“Did you pay the water bill?”) or monumental (“Are we happy?”). And then—without warning—your autistic partner’s voice disappears. No yelling, no slammed doors. Just… gone. You’re left holding the conversational steering wheel while they’ve quietly climbed into the trunk. If you’ve never lived with high-functioning autism, this can be tragically misconstrued as stonewalling or contempt. It isn’t. It’s just neurology pulling the emergency brake. Why This Happens: The Science Without the Lab Coat Smell For autistic adults, losing speech under stress is often a shutdown—a form of nervous system overload that knocks language production offline. Think of it like your phone freezing: all the apps are still there, but none of them open when you tap. Research calls this autistic burnout when it happens in a longer, chronic cycle—linked to masking (Hull et al., 2017; Raymaker et al., 2020). Masking is the art of “performing normal” so well that non-autistic people think you’re fine. The issue is that it eats through your energy reserves like a car idling in traffic with the A/C on full blast (Mantzalas et al., 2022). Eventually, one hard conversation can tip you from functional to frozen. And here’s where couples therapy meets neuroscience: physiological flooding—the body’s fight/flight/freeze switch—is a known relationship killer (Malik et al., 2019; Gottman Institute, 2024). In other words, for some autistic partners, flooding may tend to show up sooner, last longer, and is more likely to pull the plug on speech entirely. The Danger Loop in Marriage Autistic partner goes non-verbal — brain says “nope.” Non-autistic partner reads it as avoidance — brain says “attack.” Pressure increases — “Just say something.” Shutdown deepens — and now you’ve both lost. Do that a few hundred times and you’ll start conflating a physiological response into a moral failing. That’s the real marriage-killer. The Protocol: Three Phases, Zero Guesswork This is where we get practical. You can’t “love away” a temporary shutdown, but you can stop it from turning into World War III. Before: Build the Net Name the state. Agree on a phrase or signal ( I call this a couple code)—such as “words offline,” “shutdown,” a hand over the heart. The point is to make the invisible visible. The Shutdown Card. A literal card that says: I can’t speak right now. Please lower lights, reduce sound, give me X minutes. I promise I will circle back. The Pause Rule. Require a minimum of 20 minutes before resuming any tough talk. Autistic partner may need 90+. Agree ahead of time. Downgrade Kit. the usual gear; earplugs, soft light, weighted blanket, fidget, a quiet room. You know, human decency in object form. Reduce Daily Load. Avoid heavy talks right after work or big social events. Chronic overload makes a nervous shutdown more probable. During: Do Less, Better Autistic Partner: Give the signal. Exit stimulation. Switch channels if possible (text, notes app, yes/no cards). Send a short pre-written message: “Safe, can’t talk, back at 8:15.” Non-Autistic Partner: Acknowledge once—“Got it, I’m with you.” Hold the pause boundary. Lower stimuli. Go regulate your own nervous system—walk, journal, pet the dog. Don’t rehearse comebacks. Both: Avoid sarcasm, interrogation, ultimatums. Nothing lengthens a shutdown like moral outrage. After: Close the Loop Check in: “Are you ready to talk, or should we start in text?” Debrief: Identify triggers and what helped. Solve the actual problem. No conflict gets left to rot in the corner. Spot burnout early. If shutdowns start clustering, it’s time to reduce demands, not double them. How This Isn’t Stonewalling Stonewalling is a choice. Shutdown is a lockout. Stonewalling says, “I won’t talk to you.” Shutdown says, “I can’t talk to you yet, but I will.” The key difference? Repair intention. A shutdown protocol builds that right into the process. The Ten-Minute At-Home Drill Co-create your signal and card. Agree on a pause window. Pack the downgrade kit. Rehearse the exchange (“Got it, I’m with you.”). Check in weekly to tweak the system. Remember, you’re not aiming for zero shutdowns. You’re aiming for shorter, kinder, safer ones. Why This Works Because it matches lived autistic experience (Raymaker et al., 2020; Lewis et al., 2023). Because it honors nervous system limits instead of punishing them (Malik et al., 2019). Because it lets both partners keep their dignity and still solve the problem. In other words: you’re building a marriage that can survive the occasional moments when the words are gone for the time being. Be Well, Stay Kind, and Godspeed. REFERENCES: Hull, L., Mandy, W., Lai, M.-C., Baron-Cohen, S., Allison, C., Smith, P., & Petrides, K. V. (2017). “Putting on my best normal”: Social camouflaging in adults with autism spectrum conditions. Autism, 21(5), 611–622. https://doi.org/10.1177/1362361316671012 Raymaker, D. M., Teo, A. R., Steckler, N. A., Lentz, B., Scharer, M., Delos Santos, A., … & Nicolaidis, C. (2020). “Having all of your internal resources exhausted beyond measure and being left with no clean-up crew”: Defining autistic burnout. Autism in Adulthood, 2(2), 132–143. https://doi.org/10.1089/aut.2019.0079 Mantzalas, J., Richdale, A. L., Adikari, A., Lowe, J., & Dissanayake, C. (2022). What Is Autistic Burnout? A thematic analysis of posts on two online platforms. Autism in Adulthood, 4(1), 52–65. https://doi.org/10.1089/aut.2021.0079 Lewis, L. F., et al. (2023). The lived experience of meltdowns for autistic adults. Autism, 27(7), 1787–1799. https://doi.org/10.1177/13623613221145783 Malik, J., et al. (2019). Emotional flooding in response to negative affect in romantic relationships. Journal of Couple & Relationship Therapy, 18(4), 327–349. https://doi.org/10.1080/15332691.2019.1641188 Gottman Institute. (2024, March 4). Making sure emotional flooding doesn’t capsize your relationship. Retrieved from https://www.gottman.com/blog/making-sure-emotional-flooding-doesnt-capsize-your-relationship/

Detailed fact-check analysis of: Autistic Non-Verbal Episodes in Marriage: Why Words Vanish Sometimes and What to Do About It Neurodiverse Couples Tuesday, august 12, 2025. Here’s the scene: You’re in the middle of a conversation with your spouse. Maybe the topic is small (“Did you pay the water bill?”) or monumental (“Are we happy?”). And then—without warning—your autistic partner’s voice disappears. No yelling, no slammed doors. Just… gone. You’re left holding the conversational steering wheel while they’ve quietly climbed into the trunk. If you’ve never lived with high-functioning autism, this can be tragically misconstrued as stonewalling or contempt. It isn’t. It’s just neurology pulling the emergency brake. Why This Happens: The Science Without the Lab Coat Smell For autistic adults, losing speech under stress is often a shutdown—a form of nervous system overload that knocks language production offline. Think of it like your phone freezing: all the apps are still there, but none of them open when you tap. Research calls this autistic burnout when it happens in a longer, chronic cycle—linked to masking (Hull et al., 2017; Raymaker et al., 2020). Masking is the art of “performing normal” so well that non-autistic people think you’re fine. The issue is that it eats through your energy reserves like a car idling in traffic with the A/C on full blast (Mantzalas et al., 2022). Eventually, one hard conversation can tip you from functional to frozen. And here’s where couples therapy meets neuroscience: physiological flooding—the body’s fight/flight/freeze switch—is a known relationship killer (Malik et al., 2019; Gottman Institute, 2024). In other words, for some autistic partners, flooding may tend to show up sooner, last longer, and is more likely to pull the plug on speech entirely. The Danger Loop in Marriage Autistic partner goes non-verbal — brain says “nope.” Non-autistic partner reads it as avoidance — brain says “attack.” Pressure increases — “Just say something.” Shutdown deepens — and now you’ve both lost. Do that a few hundred times and you’ll start conflating a physiological response into a moral failing. That’s the real marriage-killer. The Protocol: Three Phases, Zero Guesswork This is where we get practical. You can’t “love away” a temporary shutdown, but you can stop it from turning into World War III. Before: Build the Net Name the state. Agree on a phrase or signal ( I call this a couple code)—such as “words offline,” “shutdown,” a hand over the heart. The point is to make the invisible visible. The Shutdown Card. A literal card that says: I can’t speak right now. Please lower lights, reduce sound, give me X minutes. I promise I will circle back. The Pause Rule. Require a minimum of 20 minutes before resuming any tough talk. Autistic partner may need 90+. Agree ahead of time. Downgrade Kit. the usual gear; earplugs, soft light, weighted blanket, fidget, a quiet room. You know, human decency in object form. Reduce Daily Load. Avoid heavy talks right after work or big social events. Chronic overload makes a nervous shutdown more probable. During: Do Less, Better Autistic Partner: Give the signal. Exit stimulation. Switch channels if possible (text, notes app, yes/no cards). Send a short pre-written message: “Safe, can’t talk, back at 8:15.” Non-Autistic Partner: Acknowledge once—“Got it, I’m with you.” Hold the pause boundary. Lower stimuli. Go regulate your own nervous system—walk, journal, pet the dog. Don’t rehearse comebacks. Both: Avoid sarcasm, interrogation, ultimatums. Nothing lengthens a shutdown like moral outrage. After: Close the Loop Check in: “Are you ready to talk, or should we start in text?” Debrief: Identify triggers and what helped. Solve the actual problem. No conflict gets left to rot in the corner. Spot burnout early. If shutdowns start clustering, it’s time to reduce demands, not double them. How This Isn’t Stonewalling Stonewalling is a choice. Shutdown is a lockout. Stonewalling says, “I won’t talk to you.” Shutdown says, “I can’t talk to you yet, but I will.” The key difference? Repair intention. A shutdown protocol builds that right into the process. The Ten-Minute At-Home Drill Co-create your signal and card. Agree on a pause window. Pack the downgrade kit. Rehearse the exchange (“Got it, I’m with you.”). Check in weekly to tweak the system. Remember, you’re not aiming for zero shutdowns. You’re aiming for shorter, kinder, safer ones. Why This Works Because it matches lived autistic experience (Raymaker et al., 2020; Lewis et al., 2023). Because it honors nervous system limits instead of punishing them (Malik et al., 2019). Because it lets both partners keep their dignity and still solve the problem. In other words: you’re building a marriage that can survive the occasional moments when the words are gone for the time being. Be Well, Stay Kind, and Godspeed. REFERENCES: Hull, L., Mandy, W., Lai, M.-C., Baron-Cohen, S., Allison, C., Smith, P., & Petrides, K. V. (2017). “Putting on my best normal”: Social camouflaging in adults with autism spectrum conditions. Autism, 21(5), 611–622. https://doi.org/10.1177/1362361316671012 Raymaker, D. M., Teo, A. R., Steckler, N. A., Lentz, B., Scharer, M., Delos Santos, A., … & Nicolaidis, C. (2020). “Having all of your internal resources exhausted beyond measure and being left with no clean-up crew”: Defining autistic burnout. Autism in Adulthood, 2(2), 132–143. https://doi.org/10.1089/aut.2019.0079 Mantzalas, J., Richdale, A. L., Adikari, A., Lowe, J., & Dissanayake, C. (2022). What Is Autistic Burnout? A thematic analysis of posts on two online platforms. Autism in Adulthood, 4(1), 52–65. https://doi.org/10.1089/aut.2021.0079 Lewis, L. F., et al. (2023). The lived experience of meltdowns for autistic adults. Autism, 27(7), 1787–1799. https://doi.org/10.1177/13623613221145783 Malik, J., et al. (2019). Emotional flooding in response to negative affect in romantic relationships. Journal of Couple & Relationship Therapy, 18(4), 327–349. https://doi.org/10.1080/15332691.2019.1641188 Gottman Institute. (2024, March 4). Making sure emotional flooding doesn’t capsize your relationship. Retrieved from https://www.gottman.com/blog/making-sure-emotional-flooding-doesnt-capsize-your-relationship/

Aug 12, 2025
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